domingo, 30 de septiembre de 2012

El eco del árbol


Me preparo ante el fuego, pero ¿Cómo hacer para decirle? Articulo mis miradas con precisión de arquero y dejo soltar mi flecha, que viaja hacia vos como una peligrosa luz y me desmiento ante el nocturno, busco tus manos y las siento como mías, como mis propios pulmones que se llenan de aire, pero solo se desprenden algunas lluvias y me inmuto de sonrisas.
  Pero, si vieras su figura danzar con el viento me entenderías, si vieras sus lunas de plata, sus cascadas de trigo, sus manos en las mías, su voz que me  mira, ¡ah realmente me entenderías! Dejarías caer las palabras tan temidas, como espinas que se esparcen entre los pétalos de la rosa, pero con la suavidad de quien espera a morir, estaqueado de pies y manos, amortajado por los brazos de mil cañones. Dejarías ver la hoja que se esconde en el álamo ( ahora ) pero qué más proclamo que el eco del árbol, para dejar mi cuerpo tendido ante tus fusiles.

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